Comienzo de un libro, que hoy expongo en crudo, como va saliendo
Dedicatoria
A quien a colmado de amor todos mis dias desde su llegada. Mi mayor orgullo! Lo mejor que me paso en este viaje a la Tierra: MI HIJO!
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Foto del souvenir del 1er año |
Dedicado tambien a todas las familias que han tenido que pasar por situaciones tan dolorosas como es la perdida de un hijo. Dolor que nunca deja de estar presente durante nuestra existencia. Ojala pueda acercarle una pequeña luz de comprensión asi como me la dio a mi a traves de estos ultimos años.
Comenzare al revés de todos los cuentos, con el final feliz, porque quiero que así se interprete…
El 15 de junio del 89 a las 10.50, y por cesárea programada nacía en el Hospital Fernández, lo mejor que hice en toda mi vida, mi hijo. Patricio Hernán, fue el nombre elegido para el, mi segundo hijo, en honor al abuelo paterno, que tanto había estado presente durante todo momento. Fue el primer nieto, el primer sobrino, el muñeco y el sueño de toda su gran familia que lo espero con ansia y dedicación, luego de tanto dolor. Mi mayor felicidad!
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Pato en su amada playa de Mar del Tuyu
a los 2 años y medio. |
Me di cuenta hace muy poco tiempo que tengo una deuda inmensa desde hace mas de 22 años… y la tengo con mis mas fieles amigos, con quienes me han acompañado en cada paso de mi vida. Como pude olvidarme de tanta dedicación, de tanto amor… como pude ser entre otras cosas, tan desagradecida. Como pude por miedo por cobardía, olvidarme de algo tan inmenso, que me ha dado felicidad en cada despertar. Agradecerle a mis tesoros, mis Ángeles, mi guía su presencia incondicional en cada momento.
Atravesé un embarazo muy riesgoso que hacia que no pudiéramos relajarnos en ningún momento.
Febrero, había disturbios y alzamientos en el país, y en medio de todo el clima, mi pancita seguía creciendo con miedo, muchísimo miedo. Había tenido un embarazo anterior y mi niño no había podido sobrevivir a la pobre alimentación que recibía dentro del vientre. Mi sangre no había podido alimentarlo bien, y sus pulmones se habían debilitado. Por eso el medico programa una cesárea y lo saca a la vida… vida que tomo nada mas que por 4 horas. Su corazón no resistió! Llore, llore incesantemente. La culpa me invadía, mi sangre lo había matado. Yo no había sido capaz de alimentarlo. Yo, su madre, lo había matado, como podía alguien perdonar semejante atrocidad. Nadie más que yo lo había hecho. Todos esos eran mis pensamientos de entonces. Me torture de todas las formas posibles. A veces también con el olvido, creyendo olvidar. Rodeada de silencios y de preguntas sin respuestas. Todo estaba mal, sin consuelo. Todos teníamos un profundo dolor y lo supe muchos años después, cada uno tenía una razón para culparse. Yo solo sabia de la mía, las demás no existían porque nadie expresaba su dolor. Nadie queria hablar del tema, solo se animaban a murmurar suavecito: pobre Adriancito! Así era su nombre, Adrián.
Como pudimos, cada uno siguió viviendo…o sobreviviendo. Con pocas esperanzas y mucho dolor. En realidad mas dolor que esperanzas.
Pasaron menos de dos años y nuevamente quedo embarazada, algo sumamente difícil, pues había sido operada de una cotización de cuello en el año 84, por carcinoma in situ multifocal (cancer en criollo) que yo misma me fabrique con la mente y ya les contare mas adelante como fue, como la mente domina absolutamente todo, uno vive su cielo o su infierno. Un embarazo era muy difícil y muy riesgoso, con peligro de aborto permanentemente, por eso cuento que fue un espera incierta con muchas contras, y poco a favor. Las posibilidades de volver a vivir lo vivido es mayores a que salieran bien.
Tal como lo había prometido, con mi análisis en la mano, salimos para el hospital Fernández, en donde atendía el Dr. Margulis, un experto en el tema de los problemas de incompatibilidad sanguínea, que era lo que habíamos tenido su padre y yo. Tanta desesperación teníamos que ni reparamos en el hecho que era 8 de diciembre, y nadie estaba trabajando en ese hospital capitalino. Volvimos al día siguiente, recorrimos todos el hospital buscando encontrar el nombre de ese medico en algún guardapolvo. Llore por esos pasillos temiendo no encontrar nunca a quien veníamos a ver. Pasaban muchísimos médicos muy cerca nuestro, había muchos agentes de propaganda médica, todos estaban con caras alegres, o al menos así los recuerdo, estábamos cerca de las fiestas, y la gente andaba de prisa saludándose. Parecía que nadie reparaba en esos dos seres paraditos en los pasillos, esperando leer el nombre del medico en quien sin conocer habíamos depositado toda nuestra confianza…
No se si por verme llorar porque era lo único que me salía hacer, mientras el papa de Patricio, Néstor me consolaba asegurándome que ya lo encontraríamos. No se si le causamos pena o porque alguien la guío a nosotros, una medica muy alta se acerco a Néstor y le dijo que el Dr. no atendía por consultorios externos, que si lo hacia la Dra. Matet, los martes, muy tempranito. Que volviéramos el martes, ella era amiga de la Dra. y conocía como se manejaban. Y tenía razón, el martes volvimos, nos pusimos en la cola, nos abrieron ficha médica y conocimos a la Dra. Elena MatetDr. Margulies, al que me pongo de pie para nombrarlo, junto con la Dra. Voto, que años después se convertiría en Directoria del Hospital Fernández. Excelentes profesionales, que con tanta dedicación y esmero se encargaban de ayudar a la naturaleza y lograban una mayor sobrevivencia fetal en casos tan comprometidos como el mío. Vuelvo a febrero, la Dra. me autoriza a tomarme unos días de descanso, no había riesgos mientras que me cuidara. Así lo hice. Estuve muchos días haciendo reposo por una operación de útero anterior que hacia que peligraran mis embarazos en todo momento.
Medicada por mis contracciones suaves, nos fuimos unos días en medio de un revuelo nacional por que había sido tomada La Tablada. Con muchísimo miedo transcurrían los días. Una tarde luego de almorzar me recosté como siempre y una suave brisa de verano entraba por la ventana del duplex alquilado. Unas cortinas pesadas se movían al compás y me ayudaban a dormitarme. En medio de toda el movimiento ondulante y media dormida escucho una voz que me dice mientras veo yo una mano que sostenía una cruz sin imagen, sin la imagen de Jesús: Que nunca te falte esto!!! Todo estará bien!!!
Imagínense como baje esas escaleras, y tomándolo de un brazo a Néstor, el papa de Patricio, salimos por todo Mar de Ajo a buscar vanamente una cruz igual a la que me habían mostrado, recorrimos por todos lados y nada pudimos encontrar… solo un rosario de madera, que se parecía en algo pues tenia la cruz, aunque mas clara que el color que yo había visto.
Tuvieron que pasar muchos años para que yo entendiera realmente el significado de la cruz… era el símbolo de la fe. Lo que se me pedía era que nunca me faltara la FE.
Sigue mi embarazo adelante, con muchos controles médicos, hasta que a las 24 semanas de gesta, la cosa se estaba complicando. Los anticuerpos habían comenzado a subir y necesitábamos una Gammaglobulina costosísima o cambiarle la sangre vía útero, con una supervivencia muchísimo menor. Los médicos querían la gammaglobulina. Ninguno de los dos teníamos obra social, el papa trabajaba en forma independiente y yo había llegado a un arreglo porque nadie quería volver a tener a una empleada con 9 meses de reposo absoluto.
Le dijimos al Dr. que algunos ahorros teníamos, y el mirándome dulcemente… me dijo: hija nada alcanzara!!! Otra vez el mundo se nos caía encima a los dos……………
Que hacer? Les recuerdo el momento en el país, en capital estaba en el gobierno Facundo Suárez Lastra. El papa de Pato fue al primero que fue a querer ver; tarea mas que imposible. Una funcionaria que ni vale la pena recordar, le dijo que éramos unos inconscientes por querer traer un hijo en esas condiciones. De tanto andar y andar por la calle buscando desesperado, un día se desvaneció en la calle, en medio de un llanto desgarrador. Varias personas lo contuvieron y le dieron valor para seguir. Fue a algunos canales, golpeo puertas de ministerios solicitando ayuda, que nunca llego.
Alguien le sugirió que fuera a La Plata, y ahí, a las 6 de la tarde estaba en la gobernación el Sr. Cafiero y esposa Any, no se como fue, pero autorizaron 10 unidades de gama, y luego otras 10 mas.
Ninguno de los dos ni tiene ni tenemos ideologia politica alguna. Cuento lo sucedido nada mas, saque uds. sus propias conclusiones.
Yo debía inyectarme 10 unidades cada día, durante 5 días seguidos, en por lo menos dos periodos no muy largos. Me internaba por la mañana y muchas veces el mismo Dr. Margulies insistía en quererme colocar el mismo el abocat, y pasaba a cada rato viendo que todas las mujeres tuviéramos asistencia y nada de aire entrara por las venas. Cuanto amor tenia ese hombre por lo que hacia, cuanta devoción. Aun los sábados venia nada más que para ver que todas las panzas tuvieran lo que necesitaban. Se que el Padre le debe haber tenido un lugar en el cielo especialmente a el por tanto que hizo aquí para que muchas personas a quienes les ocurría lo mismo, incompatibilidad sanguínea con su pareja, pudieran alcanzar lo deseado.
En mi caso, yo soy RH – sensibilizada. Motivos, varios, habían perdido un embarazo pero era muy pequeño como para provocar tantos anticuerpos, ya la vacuna nada me ayudaba. Mis padres son RH +, y yo, vaya a saber porque causa decidí tomar la sangre negativa que seguramente ellos deben tener como subtipos de sangre.
Mi hermano también no se ni como consiguió también 20 frascos de la ansiada gama. El laboratorio lo habrá visto tantas veces al papa de Pato, que también nos dio 10 frascos, algunos compramos nosotros pidiéndole dinero a todo el que llegaba al lado nuestro.
Puedo jurar que todos se iban de al lado nuestro con los bolsillos vacíos. Recibimos ayuda de personas que ni pensábamos. Estábamos todos sumidos en el tema, las dos familias estábamos golpeando puertas. Yo haciendo reposo, lo más posible para no correr ningún riesgo por la operación anterior y la posibilidad de pérdida fetal. Cosa que nunca ocurrió, jamás tuve el menos contratiempo con lo que esperábamos que así lo fuera.
90 frascos de gama me pusieron, 50 una vez, a la semana análisis de líquido amniótico y había una baja de anticuerpos considerable, esperaron mientras controlaban y cuando volvió a subir otra vez en mayo ya me aplicaron otras 40 más.
Y así llegamos al 14 de junio, día en que vamos a control, y cuando la Dra. Matet me ve, me dice trajiste los donantes? Porque? Suavemente contesto. Porque mañana te hacemos la cesárea, pero hoy ya te quedas internada. Guau…. Estábamos cerca. Nada habíamos llevado para quedarme, pero ni abrimos la boca, me senté en una cama y espere que volviera Néstor con el bolso que había quedado esperando en casa.
Al otro día, jueves 15 de junio del 89, a las 10 de la mañana entre para el quirófano, había varios médicos esperando, me hicieron preguntas nuevamente, como había sido el embarazo y parto anterior, les conté…… y vi la cara de decepción del medico de neonatología, que sin decirme una palabra salio para su sala. Senti en el alma su desesperación. Todos tenian cara de preocupación menos yo, porque mi hijo jugaba un partido de futbol a diario dentro de mi panza, me pateaba las costillas flotantes, que a esta altura ya no eran tan flotantes. Estaba vital, eso era bueno. Yo a Adrian nunca lo senti moverse, jamas. Se movia para las ecografias, pero nada mas. Lamentablemente, nada mas.
Entramos a la sala de operaciones, cesarea programada. Nace Patricio, no me lo muestran, lo escucho llorar y lo sacan corriendo de ahí y lo llevan a neo. Ya era la segunda vez que me pasaba lo mismo. Pero esta vez lo escuche llorar hasta que se perdio entre los pasillos.
Le hicieron un cambio de sangre en lo inmediato y respirador automatico para ayudarlo a respirar. Estuvo dos dias con respirador, los ojitos tapados y todo pinchadito.
Yo no me podia levantar para ir a verlo, y no queria perderme esa posibilidad, le pedi tanto al doctor que al dia siguiente a las 6 de la mañana me dejo ir a verlo. El padre estaba en los pasillos como siempre, estuvo 6 dias con sus noches en la puerta de terapia intensiva neonatal, paradito esperando por si lo necesitaban para algo. Llevo analisis de un lado a otro, a otros hospitales, de su hijo y de todos los bebes que lo necesitaban. El y mi hermano Pino que casi todas las noches lo acompañaba.
Entramos juntos a verlo esa madrugada, el ya lo habia visto antes, y le hablabamos y le contabamos cuanto lo habiamos esperado, lo que nos ibamos a divertir cuando salieramos de ahí. Le deciamos que lo amabamos. Y ahí nos prometimos que no ibamos a dejar que le dijeran Pato, con el nombre hermoso que le habiamos puesto, el se llama Patricio, Pato no. Creo que debe ser una de las únicas cosas que no pudimos cumplir.
A cuatro días de haber nacido mi segundo hijo, la sangre que le habían cambiado ni bien nació, vía umbilical para que viviera ya no era suficiente, debían cambiársela o se moría! Esos 4 días habían sido horribles, y lo peor aun no había pasado, era necesario hacerle una pequeñísima incisión en la vena yugular en el cuello y por ahí cambiarle la sangre con toda la paciencia y aun así nadie garantizaba que fuera suficiente.
Todos corrían de un lado para otro, buscando una nueva respuesta, que en alguno de los lugares a donde habían enviado la sangre a analizar arroyara un dato diferente para no tener que transfundirlo nuevamente. Era feriado en la Argentina, invierno crudo, los pocos que ese día estaban a cargo del hospital, no autorizaban a que alguno de ellos lo operara, para hacerle esa pequeñísima incisión que preemitiría por allí cambiarle su sangre y en los pasillos del hospital mi niño se me iba, habíamos entrado a verlo y debajo de un plástico duro mi niño tenia la tez casi verde, todos los esfuerzos por retenerlo habían sido inútil, como la vez anterior, eso creíamos. El jefe le pregunto hasta en forma despectiva, eso sentí, si podían moverlo de la cuna de neonatología, y la doctora Uriburu con suavidad le dijo que si, que podría hacerlo. Mi pequeño Patricio estaba desde hacia dos días sin respirador, pero aun conservaba el aro de plástico que lo ayudaba a respirar.
Amanda, la abuela de Patricio me aconsejaban que fuera a recostarme un rato para que la cesárea no volviera a abrirse! Como antes... una nueva herida en mi cuerpo y en mi alma, una herida inmensa que nunca se cerrara totalmente.
A regañadientes y mascullando me fui a recostar, todo el coctel que el anestesista me había aplicado unos días antes, ya no hacían efecto y también dolía.
Me recosté, era temprano, pero en la habitación todas las luces estaban apagadas, estábamos todos en penumbras, me tape y cerré los ojos rezando para que mi niño, ese que acunamos con su padre durante 38 semanas, tuviera la fuerza suficiente para quedarse aquí! Un calor intenso sentí entonces y abrí los ojos, una luz inmensamente brillante y dorada apareció por la puerta de la habitación y me dijo: Que haces ahí? ... quédate tranquila! Todo estará bien!!! y desapareció!!!
Le levante corriendo, desesperada, me olvide de la herida y parecía que soñaba, que nada era real, la gente seguía corriendo, el papa lloraba por primera vez abrazando a su hermano que llegaba y yo no sabia porque lloraba, si todo estaba bien... eso me habían dicho... MI HIJO ESTARA BIEN... no sabia si podía contarlo!!! Muy bajito le dije que alguien me había dicho que todo estaría bien... que se quedara tranquilo también el, que confiara, que Patricio, nuestro hijo esta vez se quedaría con nosotros!
Nos autorizaron que vinieran cirujanos del Hospital Gutiérrez para practicar lo que nadie autorizaba en un cuerpito de 2.440. A las doce de la noche, esos cirujanos salieron con sus maletines de metal. Eran tan altos. Con ambos verdes impecables. Habían estado mirándolos desde el piso de arriba y me contaban que ni siquiera tuvieron que inclinarse para ver lo que hacían con práctica impecable. Siempre me pregunte si realmente habían sido cirujanos del hospital, tal altos y tan iguales los dos. Cuando pasaron cerca nuestro, nos dijeron a toda la tribu que éramos, entre familia directa, primos y amigos que llegaron para unirse a nosotros pidiendo por el y darnos un abrazo a nosotros, que su trabajo estaba bien, que ahora la doctora comenzaría a cambiarle la sangre que hacia un ratito le habían extraído a Albertito. Albertito, un apartado más para la historia.
Mi prima Negra, así le decimos desde que tengo memoria, venia todos los días al hospital, se quedaba un rato conmigo, me cambiaba la ropa de cama y al otro día me traía todo impecablemente limpio, durante todos los días que estuvimos allí. Y uno de esos días, mientras cambiaba las sabanas de mi casa y la arreglaba, mirando lo que estaba haciendo y yo sentada en la silla de lata, me pregunto que sangre era la que habíamos estado necesitando. Le dije A, A negativo, y puede ser A o O negativo, me contesto sin mirarme siquiera, que esa era la sangre de su marido Alberto, el Albertito, como le decía ella riéndose siempre, y yo me quede callada, se ve que guardando bien guardada esa información.
Vuelvo a la historia de ese lunes feriado, al otro día del día del padre. Cuando nos dicen que necesitamos mas sangre yo quiero que sea el, y solo el, el que le de su sangre. Me explican que ya habían llamado a otras personas, mujeres que teníamos en cuenta por si esto ocurría y que también nos habían ofrecido ya venían en viaje al hospital. Le suplique que fuera Alberto, porque era joven, hombre, sin posibilidad de tener anticuerpos contra la sangre de mi niño, que las señoras entenderían mi preocupación, si un solo anticuerpo hubiera quedado de sus embarazos, ya no teníamos mas chance, no podíamos arriesgar tanto... dediles perdón, ofréceles nuestras disculpas, pero anda a buscar a el marido de mi prima.
Y allí fueron con mi hermano a buscarlo, llegaba de trabajar y estaba comiendo un guisito calentito recién preparado, para calmar el frío del cuerpo. Podré darle así? Casi sin darse cuenta estaba en el hospital con medio litro menos de su sangre. Una de las chicas de neo entro corriendo a la sala después de subir y bajar rápidamente las escaleras de los tres pisos que separaban el laboratorio de donde estaba el pequeño. Tiempo después la encontramos por los pasillos, con Patricio regordete y simpático en esos mismos pasillos y ella nos contaba orgullosa que esa noche no se podía dormir del dolor en las piernas que le habían quedado de tanto subir y bajar esa noche.
Ese fue mi primer encuentro con Raquel, mi querida y confiable Raquel, mi guía! Allí en ese momento de dolor vos apareciste para acariciarme el alma con tu seguridad. Seguridad que me diste y que perduro todo ese tiempo. Como lo habías anticipado, todo estuvo muy bien. La doctora se sentó al lado de el, extrayendo 10 c.c. e ingresando otros 10., así hasta las 3 de la madrugada, donde salio triunfante y nos dijo que estabas muy bien hijo mío, que habías respondido muy bien, que le dieras unos minutos para cambiarte la ropa de tu cunita mientras llevábamos los capilares a laboratorio para analizar.
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Patricio con mama y papa en la cena de su graduacion secundaria. Con el pasar de los años nuestras vidas tomaron rumbos diferentes, pero siempre tuvimos presente que lo que mas amamos en el mundo es un 50% de cada uno y en nombre del amor que le tenemos siempre hemos compartimos todo lo referente a el.
¡Por amor a nuestro hijo! |
continuara
Graciela Diana
Dr. Margulies, dejo el link en donde podran leer quien fue este hombre que al recordarlo me pongo de pie para saludar su alma en eterno agradecimiento